Solo lo Frágil es uno de esos viajes maravillosos en los que uno recuerda por qué alguna vez se acercó al teatro, cuando con la mayor síntesis puede crearse tanta magia – mérito de la dirección junto con los rubros técnicos – y llevarnos a través de los sentidos por mundos tan particulares y sensibles.
Es como si pusiéramos la mirada en el costado de las cosas. En universos desconocidos aunque reconocibles, frágiles, vulnerables, tiernos.
La actuación de Paula Ransemberg es sencillamente magistral, deslumbrante, humilde y prepotente. Es imposible no sentirse implicado en cada uno de los personajes que compone en cada relato.
Eso son, relatos sobre seres, teatro puro. Palabras e imágenes para que ese viaje nos deje inmensamente más ricos al terminar la función.
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